domingo, 31 de enero de 2010

Me siento vacío
el llanto me evoca,
quiero ser agua.


Estoy en un parque lejos de todo. Me recuesto en el pasto esperando que el tiempo pase. El sol está ardiendo y cada partícula de locura es un sorbo de agua agitada sobre esta luz, silencios presentidos desde el eco de mis voces internas. Hoy hubiese sido un día perfecto para amanecer juntos.




sed de esquejes

jueves, 7 de enero de 2010

IV

Estoy atravesando el corredor, grito tu nombre. La luz es otra y se apañan los vidrios. Entro en ese abismo y el eco de los gritos son un aullido en el tímpano del universo.
Y solo están nuestras voces. Bordeando la curva de la pérdida. Escribo esta noche para recordarte, que fuiste el asesino de mi existencia.

Desperté una noche y eras otro. Tus ojos me mostraron esa distancia inevitable. Subís a la cima del mundo y te convertís en Dios, entonces te brillan las pupilas y parpadeas mirando hacia la nada. El mundo es inmensamente complejo y absurdo y el sentido de todo esto de dónde nace?

Había un corredor por donde escapar de la pesadilla, intenté enseñarte el camino, pero te convertiste en un laberinto sin ojos. Te escondiste en los rincones de cada pliegue, me condenaste con la sola razón de lo que imaginabas de mí, o creías de mí, o pensabas que tal vez… era, pero no fui.
Yo no era eso. Y tu desconfianza fue tan grande que aniquilaste mi palabra.


Con el poder de idealizarme a tu encanto y desarmarme con tu locura. No hay nombres ni hombres en esta lista. Nos descubrimos a nosotros mismos con la pasión despierta y al límite de la distancia.